domingo, 27 de julio de 2008

Lucero Vespertino

Lucero Vespertino
Edgar Allan Poe

Ocurrió una medianoche
a mediados de verano;
lucían pálidas estrellas
tras el potente halo
de una luna clara y fría
que iluminaba las olas
rodeada de planetas,
esclavos de su señora.
Detuve mi mirada
en su sonrisa helada
-demasiado helada para mí-;
una nube le puso un velo
de lanudo terciopelo
y entonces me fijé en ti.
Lucero orgulloso,
remoto, glorioso,
yo siempre tu brillo preferí;
pues mi alma jalea
la orgullosa tarea
que cumples de la noche a la mañana,
y admiro más, desde luego,
tu lejanísimo fuego
que esa otra luz, más fría, más cercana.


Bueno! parece que hoy me he levantado posteadora. Aqui teneis un precioso poema de Edgar Allan Poe.
La verdad es que los amaneceres son preciosos pero prefiero más los atardeceres... eso sin incluir que la luna y su luz me hipnotizan y me hacen soñar despierta. Yo no la veo nada gélida, mas bien cómplice de tus más profundos secretos y siempre fiél.

1 comentarios :

  1. Anónimo dijo...

    Yo creo que prefiero también los atardeceres, pero el amanecer me resulta mágico.
    La luna más que fría, la veo llena de energía. Mirarla fijamente, en un lugar tranquilo, es como sentir la energía fluir en tu interior.

    ¡Asias por el poema!

    Sigue poniendo cochitas! :D